Uno de los errores más frecuentes en estas épocas del año es permitir que todo se relaje porque se está de vacaciones. Las vacaciones son solo en aquellas áreas que forman parte de nuestras obligaciones productivas: en el caso de los adultos, el trabajo y en el caso de los niños, la escuela. Por lo que se deben aligerar todas las acciones vinculadas con estas situaciones. Por ejemplo, si un niño está de vacaciones “descansa” de la hora de levantarse, de irse a dormir, de usar uniforme y de la tarea, por ejemplo. Pero no por esto deben de “soltarse” todas las demás actividades propias de su vida diaria como vestirse, bañarse, horas de las comidas, etc. Incluso es muy formativo que si está de vacaciones, sepa que dado que cuenta con más tiempo libre podría tener una responsabilidad pequeña cooperando en el orden de la casa, tender su cama o ayudar a guardar su ropa después de ser lavada, dado que son cosas que se hacen por él en tiempos escolares por estar dedicado a otro tipo de actividades.
Sin duda los periodos vacacionales tienen como propósito descansar de la vida cotidiana para abrir un paréntesis que permita, en algunos casos hacer actividades radicalmente distintas y en otros solo aligerar la presión que viene con la rutina. Con frecuencia los padres de familia no viven las vacaciones de sus hijos como una buena noticia, ya que les implica un mayor tiempo de atención y dedicación a sus hijos, sin la ventaja que genera que las horas que pasan ellos en la escuela les permitan poder dedicarse al resto de sus actividades tanto obligadas como placenteras con la certeza de que los chicos están siendo atendidos y cuidados. Pero también, porque con mucha frecuencia permiten una desorganización de las actividades y los tiempos que los hace trabajar mucho más y terminar agotados.
Las vacaciones buscan liberar tensión y disminuir la presión de las actividades cotidianas, pero los niños necesitan ciertos marcos de referencia que les ayuden a funcionar durante el día. Para esto podrán ayudarte las siguientes recomendaciones:
1.- Establece una hora en la cual ya tendrán que estar todos levantados desayunando.
2.- Haz lo mismo en la noche con la hora máxima para irse a dormir.
3.- Permite solo una hora más de alguna actividad que normalmente está restringida durante el tiempo de clases (algún juego de video), pero evita que solo se haga esa actividad en el tiempo libre. Normalmente esas actividades los sobre excita y como consecuencia de eso los vas a notar más irritables. Además recuerda que tener que la diversidad de actividades favorece mucho la creatividad y les ayuda a diversificar sus intereses.
4.- Tolera sus quejas de aburrimiento sin que seas tú quien les busca la actividad a realizar. Cuando un niño se “aburre de aburrirse” le vuelve a encontrar lo divertido a juguetes o actividades que ya no encontraba agradables.
5.- Si planeas actividades especiales intenta no ponerlas juntas en un mismo día e idealmente si hay varias actividades planeadas para vacaciones, deja pasar uno o dos días entre cada una, para que los niños tengan periodos de recuperación, de lo contrario les va a costar mucho trabajo la readaptación a la vida cotidiana.
6.- Una vez que el regreso a clases esté a 2 o 3 días de distancia, empieza a llevarlos a la cama por la noche 15 minutos antes cada día para que el proceso de reincorporación a las levantadas matutinas no te sean tan complicadas.
Sin duda, las vacaciones también educan.
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